miércoles, 19 de octubre de 2011

EL LEÓN SIN AMOR.

Erase una vez un gran león llamado Odeo. Los grandes leones se distinguen porque de lejos él te muestra su larga melena y su esbelta figura, dentro de su carácter un poco vanidoso, todo este escaparate para atraer a la leona Gala que quedó ensimismada. Después de este primer ritual, pasó a mostrarse lo mejor de él, su interior, de carácter fuerte, valores familiares, noble, ambicioso, etc… más tarde la introduce en su manada, en donde todos lo aman por fiero y protector, eso cautiva a cualquier leona que se precie. El paraíso es posible estando a su lado - piensa Gala- y por las noches duerme como con miedo a que Gala huya de su lado, la agarra con el ansia de algún miedo, pero ella lo  deja pasar porque piensas que es un una forma dulce de dormir.
Con el tiempo el paraíso se va construyendo con sueños, propuestas de proyectos, etc… Y de vez en cuando Gala baja de su nube para pisar la tierra y piensa ¿qué raro? ¿cuando llega la parte mala? Y no se, pero con ese pensamiento Gala llamo a la parte mala y ella acudió siempre gustosa. Se presentó en forma de ratón, un ratón que cree ser un león, también de larga melena y dotes de auténtico león, pero todo es pura fachada, es un ratón aunque él no lo crea y se lo haga creer a la multitud. La cuestión es que este ratón, no le gustan las ratitas presumidas, le gustan las leonas, si son ajenas mejor, así tienen un valor añadido, todo esto siempre sin renunciar al resto que también le vienen bien. Aunque siente verdadera predilección por cinco o seis leonas entre ellas, por gracia o desgracia se encuentra Gala. 
Bien pues, el gran león Odeo se vio intimidado por el impostor ratón, en esa intimidación infundada, el gran león empezó a enfermar por una extraña enfermedad llamada "desconfianza", fruto de viejas heridas mal curadas en el pasado, que le seguían sangrando. La leona preocupada intentó curarle dándole todo lo que pudo, incluso en su locura de amor contrató la magia de un mono santero, el cual le dijo que por mucho que ella hiciera, él  era el que debía luchar con la enfermedad y vencerla. La leona, espero y espero, soportando grandes fiebres y noches sin dormir de Odeo. El mono santero volvió y le dijo a la leona que el único modo que veía de curarlo era marchando lejos en busca de unos frutos para una poción,  a un reino del norte, dónde encontraría unos los frutos pequeños y de color negro-azulado, que crecen en las montañas en la vera del río Arga. En su viaje, la Gala empezó a creer que Odeo estaba enfermo por su culpa y que lo único que debía hacer era marcharse lejos, lo más lejos posible para que el recuperara su brío y entereza. Así lo hizo, al volver le dio los frutos y le dijo que se marchaba. Él enfureció, incluso la expulsó del paraíso.
Odeo nunca vio la realidad, solo su realidad. Ni siquiera el ratón tubo nada que ver, solo él.
EL ERA SU PROPIO ENEMIGO.
Y no fueron felicites y la leona se convirtió en vagan… Buf! me gusta más… Colorín, colorado este cuento espero no se haya terminado!

1 comentario:

  1. Quizá Odeo debe encontrarse para luego buscar a Gala. Puede que para ese momento Gala haya empezado ya la metamorfosis que le lleve a convertirse en ave fénix y volar libre. Sea cuál sea el final - o el comienzo - de esta historia, seguro que al final los dos encontrarán su camino en esta selva de la vida...
    Un beso reina!!!

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