lunes, 10 de enero de 2011

Pesadilla después de Navidad

He visto que, en época de Navidad, el consumismo y los lujos (perfumes, cenas, regalos,…) son obligación en una familia media-alta. Esto me hace pensar y ver que el que no puede consume como si pudiera, olvidando disfrutar de pequeñas cosas como compartir una mandarina en un tren de media distancia. Eso sí es un regalo, el viajar, aunque sea en un tren bien barato hacia ninguna parte y con la compañía idónea para ello. Este tren te lleva a conocer lugares y sabores nuevos o a lugares que te hagan recordar (ahora sonaría la canción de Antonio Vegas, “El sitio de mi recreo”).

¡Dejad de comprar esos perfumes de 30ml a 70€! ¡Es de locos! Tendríamos que gastar ese dinero en ir 3 días lejos del hormigón armado y disfrutar de los paisajes que los rascacielos no nos dejan ver y de todas esas cosas que, sordos por la contaminación acústica y ciegos de avaricia por culpa de la gran jungla, no nos hace competir y disfrutar como debiéramos.

Hay miles de cosas que llenan y no cuestan dinero: una buena conversación, un paisaje, un paseo, un deporte, un beso, leer, sexo excelente, soñar, … Además todo ello libera endorfinas que te hacen ser más feliz.

Os estoy escribiendo desde ese tren. Estoy regalándome esos 3 días para hacerme feliz, para alejarme de tanta tontería. Quiero disfrutar de esa dulce media mandarina. ¡Mmmm... qué rico…!

8 comentarios:

  1. Benvinguda al mon dels blogs Bou!

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  2. Me gusta tu reflexión, estoy completamente de acuerdo. Todos deberíamos huir de vez en cuando de las ataduras de esta sociedad capitalista y darnos cuenta de lo que de verdad importa, de que hay un sinfín de pequeñas cosas que no cuestan nada y te dan una felicidad que no se puede describir con palabras.

    =D

    P.D.-me encanta la ilustración.

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  3. a mi me encantas tú, Kreyla!!! ^^
    que ganas de abrazarte one more time!! jajajaja

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  4. Genial la il·lustraciò!
    Quan vullgues una, ja saps... sílbame ;)

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  5. Me retracto del uso negativo del hormigón en el post, un dulce amigo, me ha enseñado una lección de materiales:

    "Pobrecito material, que todo el mundo se mete con él. Poca gente sabe que el hormigón es un material heroico, porque es de los pocos materiales que se puede volver duro como una piedra, aun cuando lo están ahogando en agua... Por eso los romanos pudieron hacer algunos de sus puentes... Y además se adapta a cualquier forma, aunque su naturaleza sea ser rígido. El precio a pagar es que la gente le acusa de no tener emociones... :("

    Espero que ahora sea perfecto mi post para ti Vicente. Me encanta revocar expresamente lo que he dicho, si es de este modo, aprendiendo ;-)
    Hay críticos y críticos...

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  6. hay tantas cosas que llenan y que no cuestan dinero..
    me parece estupendo valorarlas y enumerarlas...
    más que criticar a la ciudad preguntaría: ¿qué hemos hecho para rechazar a la ciudad? ¿es cierto que la rechacemos? ¿la amamos?

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  7. Tienes mucha razón Carlos, es la paradoja de amor/odio que tenemos con ella.
    A tu primera pregunta te contestaría, comenzar a pensar en el futuro y empezar a dejar atrás la fase del nihilismo de la juventud.
    A la segunda, no, no es cierto que la rechace, de echo es increíble pasear por Madrid y pensar en su historia, arte y cultura. En conclusión te diría que la amo, aunque suene a incongruencia.

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  8. ...a través de una actitud plenamente nihilista podemos llegar a preguntas verdaderamente interesantes!! me parece estupenda la contradicción!

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